“El Cristianismo continúa el pensamiento estoico, e insiste en el punto de vista moral para la consideración de la realidad social. Descuella entre los filósofos cristianos San Agustín de Hipona (354-430), autor de la CIUDAD DE DIOS, obra de psicología social moralizante que presenta al grupo de los elegidos contrapuesto al de los que se agitan movidos por los intereses mundanos. San Agustín, y con él otros Padres de la Iglesia como su maestro San Ambrosio, tuvieron una actitud de rechazo a la forma histórica de la propiedad individual, manifestando así el criterio cristiano original, que poco a poco fue deformándose hasta llegar a los tiempos modernos. ("La naturaleza engendró el derecho de comunidad; el abuso dio origen al derecho de propiedad privada". San Ambrosio. DE LOS OFICIOS)”.
“Pero es con Santo Tomás de Aquino (1227-1274) con quien se toma de nuevo el pensamiento aristotélico que considera a la sociedad como el ambiente propicio al desarrollo del hombre, como su medio natural. Santo Tomás ya habla en su SUMA TEOLOGICA de la ley, como voluntad general, y del príncipe como representante de la multitud, aunque de todos modos insiste en subordinar la autoridad temporal a la autoridad espiritual en cabeza de la Iglesia. Explica y acepta la esclavitud como una consecuencia del pecado original, y porque -dice- ella va tanto en beneficio del amo que explota como del esclavo que es explotado pero tiene asegurada su subsistencia.”
Para San Agustín de H., la organización del Estado debe estar bajo la dirección de Dios, a través de la iglesia.
Para Santo Tomas de Aquino, la ley debe ser norma a favor del bienestar general, la ley del hombre debe estar vinculada a la ley de Dios (la Moral).
Para Santo Tomás Moro, tenía la concepción de que el Estado era una organización ideal para los hombres.
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